Una promesa, una invitación, una realidad: Cristo abre puertas que nadie puede cerrar
La ciudad de Filadelfia estaba situada en una zona de gran actividad sísmica. No se trataba de sismos fuertes, sino muy frecuentes, lo que perjudicaba las viviendas y mantenía a los habitantes en constante alerta. La situación era tal que muchos se habían ido a vivir a las afueras, ya que existía el peligro, en la ciudad, de que una pared cayera de pronto. Quienes se animaban a vivir dentro sabían el valor de tener una puerta abierta de escape en estos casos.
En esta carta, una de las cosas que Cristo dice de sí mismo es que Él es el verdadero. Esta palabra, en el original, representa la idea de lo que es real. Él es la realidad. Estando en Cristo, vivimos en Su realidad, que es opuesta a la que perciben nuestros sentidos físicos.
A esta iglesia se le ofrece una puerta abierta, lo cual es una invitación a cruzarla. Los de Filadelfia conocían el valor de una puerta abierta que les permitiera salvar la vida. Cristo les ofrecía la puerta para pasar a Su realidad: del lado natural de esa puerta, ellos tenían pocas fuerzas; del otro lado, tenían fuerzas de búfalo. Del lado natural, los judíos los amedrentaban y hostigaban; del otro lado, esa gente estaba de rodillas, sin poder ni autoridad sobre los cristianos fieles. Del lado natural hay prueba y tribulación; pasando la puerta está la protección del Padre.
La puerta está abierta para los siervos fieles, para los hijos. Para que no tengan que vivir en la irrealidad de este mundo, sino en lo verdadero: en la realidad del reino de Dios, donde toda necesidad está cubierta en Él. Allí somos sabios, fuertes y enriquecidos.
Vencedores que se convierten en columnas
"Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí…" Apocalipsis 3:12A
La persona que ha logrado, con las escasas fuerzas que tenía, traspasar esa puerta y comenzar a vivir en la realidad celestial, es inamovible y puede sostener el peso de la edificación del Reino en el lugar que Cristo le asigne.
Para los postreros tiempos se necesitan cristianos que vivan la REALIDAD de Cristo y que venzan el sistema de esa manera.
Debemos pasar por la puerta que Cristo nos ha abierto. Pero es fundamental hacerlo con una mentalidad diferente a la que hemos tenido hasta ahora, con una actitud renovada, dispuestos a hacer cosas distintas para alcanzar resultados diferentes. A vivir la milla extra con una fe asombrosa en lo que Jesús puede hacer en nosotros y a través de nosotros.